La sensación de meter las manos en la harina, el olor del pan en el horno, el crujir del primer pellizco, ése te enamora para siempre.
Hacía mucho, muchísimo que le tenía ganas a esta masa. Y es que era de esas a las que le tenía mucho respeto. No es que ahora se lo haya perdido, pero me ha gustado, que no tardaré en hacer la versión más clásica de esta Focaccia de Génova. Aunque esta variante nos ha encantado.
Ingredientes
500 gramos de harina
225 gramos de agua
10 gramos de levadura
10 gramos de sal
1 cucharada de aceite de oliva virgen
3 cucharadas de aceite y 3 de agua.
1/2 pimiento rojo
1 cucharada sopera de aceite
Además necesitamos, el horno precalentado a 200º. un cuenco para amasar, un peso, una cuchara, aceite para untar, una bandeja de horno, un pincel de cocina, un cuenco pequeño, un rodillo, una sartén, una mandolina o un cuchillo con buen filo.
Preparación:
Comenzamos por preparar nuestra masa. Tomamos la levadura, un poco de agua y la deshacemos.
Añadimos entonces un poco de harina, y seguimos removiendo. La cucharada de aceite y la sal, y el resto de la harina. El agua que nos haya quedado la añadimos en dos veces,
Una vez que esté todo integrado, lo sacamos a la mesa y lo amasamos durante 7-8 minutos. Hasta tener una masa suave.
Pintaremos nuestro cuenco con aceite y meteremos la masa dentro dándole unas vueltas para que se impregne bien de aceite. Lo taparemos y lo dejaremos levar ( en mi cocina, que está a unos 20 grados estos días, ha estado una hora y media).
Una vez levado, lo dividí en dos, para hacer dos piezas alargadas. Las dejamos reposar después de cortarlas, para que el gluten no entorpezca el trabajo de estirar la masa. Nosotros hicimos dos piezas alargadas del tamaño de la bandeja del horno. Se deja levar por otros 30 minutos, tapada con film.
Después con los dedos haremos los característicos agujeros, hundiéndolos en la masa, hasta tocar la bandeja.
Haremos una mezcla con las tres cucharadas de aceite, las tres de agua y un poco de sal para pintarlas*. Pero antes de pintarlas pondremos las rodajas de pimientos pasados por la sartén. Luego las pintaremos con una generosidad.
Las taparemos y las dejaremos levar hasta que hayan doblado volumen, una hora y media más o menos en mi caso.
Las llevaremos al horno, durante 20 minutos, hasta que estén bien doradas, las sacaremos sobre la bandeja del horno, y las dejaremos enfriar..... si es que podéis!!!!
* Después de ponerlas en el horno, pensé que podía haberlas pintado con el mismo aceite de saltear los pimientos, aumentando así la intensidad de sabor.... Yo me lo he apuntado para la próxima vez, pero os lo cuento a vosotros por si os parece buena idea.
Fuente: Panes y otras masas. Las Hermanas Simili.
Gosto muito de focaccias e esta além de linda deve ter ficado deliciosa
ResponderEliminarGostei do interior bem macio
Boa semana
El corte de esa focacia es increíble, te ha quedado de lujo.
ResponderEliminarUn besito desde Las Palmas y feliz semana.
Ole tu, mira que panarra está ella ultimamente!!! jajajaja Harina que tocas en oro la conviertes. Besote
ResponderEliminarPero qué pinta tan rica tiene este pan, se ve irresistible. Te ha quedado increíblemente bueno =)
ResponderEliminarUn beso!